El conflicto armado entre Israel y Hamás ha dejado más de 25 mil personas muertas en la Franja de Gaza en los últimos tres meses, según informó este domingo el Ministerio de Salud de Gaza. A pesar de los esfuerzos diplomáticos y las llamadas internacionales para un cese al fuego, la violencia ha llevado a la región a una crisis humanitaria sin precedentes en décadas de conflicto israelí-palestino.
La guerra ha provocado una devastación generalizada, con un nivel de destrucción y desplazamiento de civiles que ha conmocionado a la comunidad internacional. Las autoridades israelíes, sin embargo, señalan que la ofensiva podría continuar durante varios meses, y se alejan de la posibilidad de alcanzar su objetivo inicial de aplastar a Hamás y liberar a más de 100 rehenes.
La situación de los rehenes y el lento progreso en el conflicto han generado divisiones tanto entre los ciudadanos israelíes como en sus líderes. La amenaza de una guerra más amplia, con la participación de grupos con apoyo iraní en Líbano, Siria, Irak y Yemen en solidaridad con los palestinos, aumenta la complejidad de la situación.
Estados Unidos, un aliado clave de Israel, ha enfrentado dificultades al persuadir al gobierno israelí para que adopte tácticas militares que minimicen los riesgos para los civiles y facilite la entrega de ayuda humanitaria. Las llamadas a un cese al fuego han sido constantes, pero las partes involucradas en el conflicto no muestran signos de detener la violencia.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha rechazado las peticiones internacionales y estadounidenses de un plan de posguerra que incluya una vía para la formación de un Estado palestino.
