Philip Stevens, un británico de 66 años del sur de Inglaterra, recibió una compensación de 70,000 libras (1.79 millones de pesos mexicanos) tras sufrir efectos secundarios graves por el medicamento Ropinirol, prescrito para tratar el síndrome de las piernas inquietas. El caso, que culminó en un acuerdo económico con su médico de cabecera, fue comunicado por el bufete de abogados que lo representa.
SÍNDROME DE LAS PIERNAS INQUIETAS
En 2017, Stevens consultó a su médico por temblores en su pierna izquierda, siendo diagnosticado con el síndrome de las piernas inquietas. Esta afección, poco conocida, provoca una necesidad incontrolable de mover las piernas, afectando especialmente durante la noche y alterando significativamente la calidad de vida.
El médico le prescribió Ropinirol, un medicamento utilizado comúnmente para tratar el Parkinson. Sin embargo, no se le informó sobre los posibles efectos secundarios, entre los que se incluyen trastornos en el control de impulsos como la ludopatía o compras compulsivas.
UNA VIDA FUERA DE CONTROL
Durante los cuatro años que tomó Ropinirol, Stevens desarrolló una adicción al juego. Según sus abogados: “De ser un apostador deportivo ocasional, se convirtió en un ludópata compulsivo, gastando miles de libras en juegos de azar online. Apostaba sin interés en ganar, y perdió completamente el control de sus acciones”, declararon.
Además de las apuestas, adquirió hábitos de compra compulsiva, gastando en ropa y utensilios de pesca innecesarios.
En 2021, Stevens dejó de tomar el medicamento bajo supervisión de un neurólogo, pero las secuelas fueron devastadoras. Enfrentó alucinaciones, paranoia y depresión, que complicaron aún más su recuperación.
“No soy la misma persona que era antes de tomar Ropinirol,” afirmó Stevens en un comunicado.
EL ACUERDO Y RESPONSABILIDAD MÉDICA
El acuerdo económico se alcanzó sin que el médico admitiera responsabilidad alguna, aunque marcó un precedente sobre la importancia de informar a los pacientes sobre los posibles efectos secundarios de los medicamentos recetados.
Este caso destaca la necesidad de mayor concienciación sobre los riesgos asociados con ciertos tratamientos médicos. Además, subraya la importancia de una comunicación clara y transparente entre médicos y pacientes, para evitar que efectos secundarios severos transformen vidas de manera irreversible. N
(Con información de AFP)
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