Aunque mantener el control de los niveles de azúcar en la sangre no suele ser un esfuerzo generalizado, poner la atención adecuada en el tema puede prevenir la progresión de diabetes tipo 2. Para hacerlo correctamente es vital tener en cuenta factores de riesgo, seguir un estilo de vida saludable y olvidarse de los mitos.
Un primer paso para procurar un estilo de vida que aminore el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, especialmente la diabetes, es dejar de ver el azúcar como un enemigo, pues su presencia en la sangre es esencial para las funciones de nuestro cuerpo y es la fuente de energía principal de las células.
El verdadero problema aparece cuando los niveles de azúcar en la sangre permanecen altos durante un periodo prolongado, pues pueden causar una serie de complicaciones, entre ellas, el desarrollo de la diabetes tipo 2. En este sentido, medir el consumo diario de azúcar y cuidar nuestra alimentación es un primer paso para prevenir este padecimiento.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que el consumo de azúcar se reduzca a 5 por ciento para los adultos con un índice de masa corporal normal, lo que equivale a unos 25 gramos de azúcar al día. Esta modificación en los parámetros responde al aumento veloz de la prevalencia de esta enfermedad, en especial en los países de ingreso mediano bajo.
Evitar los alimentos procesados y sustituirlos por aquellos que provienen directamente de la tierra (frutas, verduras, granos enteros y legumbres) es lo más recomendable para mantener niveles saludables de glucosa. En el caso de la fruta, es preferible comerla entera en lugar de beberla en jugo, pues en bebida carece de la fibra que ayuda a regular la absorción de glucosa, lo que resulta en un aumento rápido del azúcar en la sangre.
LOS JUGOS ENVASADOS Y LOS REFRESCOS SON ALTAMENTE DAÑINOS
Las bebidas azucaradas, los jugos de frutas y todos los carbohidratos simples deben ser limitados, ya que se absorben rápidamente y generan picos de glucosa que sobrecargan al cuerpo. Además, el equilibrio entre carbohidratos simples y complejos es clave, pues los carbohidratos complejos, como los que se encuentran en los granos enteros, se descomponen más lentamente, proporcionando energía sostenida y evitando los picos repentinos de glucosa.
Ejercitarse de manera regular es otra de las formas más efectivas de controlar el azúcar en la sangre, según detalla la doctora Archana Sadhu, endocrinóloga del Hospital Houston Methodist. La actividad física, que puede ir desde una caminata diaria hasta una rutina más elaborada, mejora la capacidad del cuerpo para utilizar la glucosa de manera eficiente, ayuda a reducir la resistencia a la insulina y ofrece beneficios adicionales para la salud cardiovascular y la musculoesquelética.
Dormir suficiente es otro factor clave que suele pasarse por alto. Al respecto, la Dra. Sadhu detalla que “la falta de sueño afecta negativamente la regulación de la insulina y puede provocar un aumento en los niveles de azúcar en la sangre”.
Los estudios muestran que la falta crónica de sueño puede contribuir al desarrollo de diabetes tipo 2, ya que el cuerpo se vuelve menos sensible a la insulina. En este sentido, se recomienda dormir entre siete y nueve horas por noche para mantener el equilibrio hormonal y reducir el riesgo.
En este tenor, existe el pensamiento generalizado de que para tener un monitoreo constante y controlar los niveles de glucosa es necesario utilizar métodos rigurosos y tecnología avanzada. Sin embargo, de acuerdo con la Dr. Sadhu, algunos de estos productos no están dirigidos a personas sanas.
LOS MONITORES QUE MIDEN EL AZÚCAR EN LA SANGRE NO SON TAN NECESARIOS
En los últimos años los monitores continuos de glucosa han ganado popularidad al ser promovidos por celebridades y redes sociales. No obstante, la especialista aclara que el diseño de estos dispositivos no ofrece ningún beneficio real para personas sanas.
“Un monitor continuo de glucosa está destinado a alertar a los diabéticos sobre niveles peligrosamente bajos o altos de azúcar en la sangre. En personas sin problemas de glucosa estas lecturas pueden generar ansiedad innecesaria”, comenta Sadhu.
En cuanto a la frecuencia para realizar controles regulares de los niveles de glucosa, la especialista señala que esta depende de los factores de riesgo de cada individuo. Estas circunstancias pueden ser antecedentes familiares de diabetes, sedentarismo, sobrepeso y obesidad o alguna condición de hipertensión o colesterol alto. Según estas consideraciones, se recomienda empezar a chequear los niveles de azúcar a partir de los 20 años.
En lugar de recurrir a aparatos que, además de costosos, no brindan un análisis real para aquellos que buscan prevenir, la doctora resalta la importancia de mantener un estilo de vida saludable.
“Lo más importante es comer bien, hacer ejercicio y dormir lo suficiente. La mayoría de las personas no necesita monitores o suplementos para mantener el control de sus niveles de glucosa”, concluye la especialista.
Más allá de estos aspectos, existe un estado metabólico previo conocido como prediabetes que ha cobrado importancia en el sector médico debido a su capacidad de convertirse en un paso fundamental de prevención, pues, aunque los niveles de glucosa no se ubican en los parámetros normales, tampoco corresponden a la diabetes.
ES FUNDAMENTAL RECONOCER LA PREDIABETES COMO UNA ETAPA CLAVE PARA LA PREVENCIÓN
Existen señales de alarma, como que 80 por ciento de los pacientes no son conscientes de su condición y la mayoría comienzan a desarrollar resistencia a la insulina, proceso que ocurre cuando el cuerpo necesita más insulina de lo habitual para mantener los niveles de glucosa controlados, lo que sobrecarga el páncreas y eventualmente conduce al desarrollo de diabetes.
Aunque las cifras son alarmantes, es fundamental no caer en la fatalidad y reconocer la prediabetes como una etapa clave para la prevención. La Asociación Latinoamericana de Diabetes (ALAD) ha demostrado que al identificar e intervenir en el estilo de vida de los pacientes es posible evitar su progresión a la diabetes hasta en 58 por ciento de casos.
Los especialistas anticipan que la detección y tratamiento de la prediabetes es una estrategia eficiente para contrarrestar la epidemia de diabetes tipo 2, pues en la mayoría de los casos en Latinoamérica los diagnósticos tardíos influyen en el deterioro de la calidad de vida de los pacientes.
Una de las pruebas más comunes para medir el azúcar en la sangre y que se considera de las formas más efectivas de identificar la prediabetes y diabetes es el examen de A1C (hemoglobina glucosilada), el cual proporciona una visión general de los niveles promedio de glucosa durante los últimos tres meses. Se recomienda realizar esta prueba una vez al año o con mayor frecuencia si ya se está en riesgo. N
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El cargo Mitos y realidades sobre el azúcar en la sangre: lo que los expertos quieren que sepas apareció primero en Newsweek en Español.